miércoles, 7 de septiembre de 2022

Construccion de la realidad.

 

El mundo, como lo percibimos, resulta de la activación de nuestras células cerebrales. Esta afirmación es la tesis en que se basa la presente obra.


Más aún, la única diferencia entre el mundo físico y el mundo de nuestros sueños es en términos de si los estímulos que activan estas células lo hacen a través de nuestros órganos sensoriales (estímulos externos) o a través de una activación interna (estímulos internos).


Tanto la realidad que llamamos externa como la que denominamos interna son una construcción que depende de nosotros y como tal, es modificable.


El mundo y su realidad son una descripción que depende, en sus características, de nuestra estructura genética y nuestra historia personal. No podemos cambiar, por ahora, nuestra estructura genética, pero sí podemos modificar nuestra historia. En ese instante la descripción cambia y el cambio nos hace libres.


Este libro no pretende ser una demostración objetiva e irrefutable de las anteriores consideraciones, es sólo un estímulo que en algunos provocará cambios y en otros no.
Que el lector aprenda al leerlo que no dependerá de las palabras aquí consignadas, sino de él mismo.

 

¿Cómo percibimos la realidad?

Esta ha sido también una de las grandes preguntas, y han surgido multitud de posibles soluciones ante ella. La respuesta más intuitiva y de las primeras que nos muestra la historia es el realismo. Desde esta postura se piensa que nosotros recibimos una copia exacta de la realidad, lo que vemos, oímos y tocamos es exactamente lo que percibimos; y todos los individuos lo perciben igual.

El realismo pronto cayó por su propio peso, muchos filósofos se dieron cuenta que los sentidos no percibían la realidad de forma perfecta. Descartes y Hume incluso llegaron al punto de decir que era posible que no hubiera realidad detrás de los sentidos. Aquí aparece otra de las posibles soluciones, los sentidos nos dan un reflejo impreciso de la realidad. Ya no observamos la realidad directamente, esta premisa dice que lo que vemos es una sombra de la realidad.

Aun así podemos observas algunas deficiencias en esta última explicación. Por ejemplo a pesar de que todos tenemos los mismos sentidos, no todos percibimos lo mismo en la misma situación. Parece ser que la sombra de la realidad cambia según el individuo que la mire. Aquí es donde el constructivismo nos dice que nuestra percepción no es solo un reflejo, es algo más complejo.

 La teoría constructivista nos dice que los sentidos nos aportan información de la realidad, pero esta es demasiado caótica para nuestro cerebro. Por lo tanto para poder procesar esta información, el cerebro tiene que estructurarla, y para ello categoriza toda esa información desestructurada en conceptos e interpretaciones. Con esta afirmación la realidad se vuelve algo inaccesible a nosotros.


jueves, 1 de septiembre de 2022

Jacobo Grinberg-Zylberbaum


 Jacobo Grinberg-Zylberbaum (Ciudad de México, 12 de diciembre de 1946 - desaparecido en 1994), conocido como Jacobo Grinberg, fue un neurofisiólogo y psicólogo mexicano. Se dedicó a estudiar el chamanismo mexicano, la conciencia, disciplinas orientales, meditación y telepatía. Escribió 54 libros acerca de estos temas.​ Desapareció el 8 de diciembre de 1994, en circunstancias desconocidas.


Jacobo Grinberg-Zylberbaum nació en la Ciudad de México en 1946. Decidió estudiar por primera vez la mente humana cuando tenía doce años, después de que su madre muriera de un accidente cerebrovascular. Estudió psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México.​ En 1970, viajó a Nueva York a estudiar psicofisiología en el Brain Research Institute (Instituto de Investigación Cerebral). Obtuvo un doctorado enfocado en los efectos electrofisiológicos de los estímulos geométricos en el cerebro humano.

A su regreso a México, fundó un laboratorio de psicofisiología en la Universidad Anáhuac. Posteriormente, a finales de la década de 1970, instaló otro laboratorio similar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En 1987, fundó el Instituto Nacional Para el Estudio de la Conciencia (INPEC),​ y financiado por la UNAM y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Jacobo Grinberg publicó varios de sus libros a través del INPEC. Escribió más de 50 libros acerca de la actividad cerebral, la brujería, el chamanismo, la telepatía y la meditación.

Jacobo Grinberg se tomó el atrevimiento de utilizar el método científico en estudios sobre chamanismo, ​ al intentar combinar ambos en su trabajo profesional con el objetivo de entender el "mundo mágico". Intentó realizar un cambio en la manera en la que se entiende la relación entre la ciencia y la conciencia. Esto repercutió en el mundo científico llegando a ser criticado por la parte conservadora de la ciencia. Su trabajo pretende exhibir las bases científicas para la telepatía y otras disciplinas esotéricas.

La teoría sintérgica de Jacobo Grinberg propone que existe un continuo espacio de energía y que el humano común sólo puede percibir una parte de este. El resultado de este proceso es lo que todo el mundo entiende como "realidad".​ Esta teoría intenta responder a la pregunta de la creación de la experiencia.​ El libro "El cerebro consciente" se tradujo a siete idiomas.

La Teoría Sintérgica intenta resolver la interrogante de la creación de la experiencia y de la percepción, postulando la existencia de un nivel básico o fundamental de la estructura del espacio, y la capacidad del cerebro humano de distorsionar tal estructura a través de la creación y expansión de Campos Neuronales.

La teoría sintérgica


Sintergia es un neologismo que integra los términos síntesis y energía. Se refiere a tres parámetros físicos, que son coherencia, densidad informacional y frecuencia.

Coherencia se refiere a la similitud en la organización de las partes de un todo. Mientras mayor coherencia posea una organización, más similares serán sus partes.


Densidad informacional se refiere a la cantidad de información que es capaz de contener cualquier objeto o medio.

Frecuencia hace referencia a la velocidad con la que un cuerpo o un campo energético oscilan.

Estos tres componentes actuarían de manera sinérgica (el término sinergia se utiliza para designar la acción de coordinación de dos o más elementos cuyo efecto es superior a la suma de sus efectos individuales); de esta forma, mientras mayor sea la sintergia, mayores serán la coherencia, la densidad informacional y la frecuencia.

La teoría sintérgica es una aproximación teórica a la percepción y creación de la experiencia consciente. De acuerdo con esta teoría, lo que percibimos es el resultado de un proceso muy complejo en el cual el cerebro transforma la información contenida en el espacio hasta dar lugar a algo que podamos comprender, por ejemplo, una imagen visual del mundo. La teoría sintérgica afirma que la realidad es el producto de la interacción entre la "lattice" y el "campo neuronal" y que los diferentes niveles de la realidad están relacionados con las características de esta interacción.

Lattice

El termino lattice se refiere a un enrejado o celosía, que debe poseer una capacidad de inclusión informacional colosal para permitirle contener toda la información del universo en cada uno de sus puntos. Lattice es la estructura fundamental del espacio, es una red o matriz energética hipercompleja de absoluta coherencia y total simetría.

Campo neuronal

El cerebro humano está constituido por 12 mil millones de pequeñas células denominadas neuronas. Cada neurona, al activarse, produce un diminuto cambio de potencial eléctrico, activa un código de señales también eléctricas y estimula la creación de un campo electromagnético. Todas estas distorsiones, a su vez, interactúan entre sí y crean una modificación hipercompleja de la misma lattice. A esta modificación se le llama campo neuronal. Cada una de estas modificaciones del estado de las neuronas son otras tantas alteraciones de la estructura de la lattice. Así, el campo neuronal es una matriz resultante de la actividad neuronal del cerebro.

Esta matriz holográfica de interrelaciones ha sido descrita en otras culturas con distintos nombres, entre ellos esta akasha, el Collar de Perlas de Indra y sunyata; a su vez, la ciencia la ha denominado orden implicado o campo cuántico.

La postulación fundamental de esta teoría es que la experiencia surge como resultado de tres procesos de interacción. El primero de ellos es una interacción, entre elementos neuronales capaz de crear un campo energético complejo denominado campo neuronal.

La segunda interacción ocurre cuando el campo neuronal se pone en contacto con la estructura energética del espacio. La interacción entre el campo neuronal y el espacio crea un patrón de interferencia que se denomina estructura energética de la experiencia.

El Tercer proceso de interacción ocurre entre la estructura energética de la experiencia y un procesador central. Esta interacción es la más misteriosa de todas e implica la existencia de una focalización energética, realizada a través de un hipotético factor de direccionalidad.

De acuerdo con la Teoría Sintérgica, cualquier ser vivo, con la capacidad de experimentar o sentir, sufre los tres procesos de interacción. Por lo que, los niveles de experiencia de cada ser dependen de la complejidad de su campo neuronal y ésta, a su vez, de la complejidad del cerebro del cual surge el campo.

La teoría sintérgica nació de su trabajo con Bárbara Guerrero, una psíquica y sanadora mexicana conocida como Pachita, quien realizaba cirugía psíquica. Grinberg escribió un libro, Pachita, analizando las bases científicas de sus experiencias con ella. También está enlistada en su libro Chamanes de México. Grinberg estaba intrigado por la reputación de Pachita, por lo que siguió sus procedimientos durante alrededor de un año. Llegó a la conclusión de que la habilidad de Pachita para sanar era el resultado de dos diferentes realidades: tanto a la presencia de un campo neuronal que rodea nuestros cerebros como la presencia de una "red espacio-temporal". A pesar de que la mayoría de científicos consideran que la habilidad de Pachita para sanar es un fraude, una investigación de Grinberg acerca de la transferencia de potencial en el cerebro se publicó en Physics Essays, una revista científica arbitrada.

Desde el 8 de diciembre de 1994, Jacobo Grinberg se encuentra desaparecido. El 12 de diciembre, su familia preparó una fiesta en su honor para celebrar su cumpleaños número 48, pero él no se presentó.1​ Era común que él realizara viajes de último minuto o que simplemente no contestara su teléfono por días, por lo que su desaparición al principio no pareció extrañar a su familia.

domingo, 28 de agosto de 2022

La Percepción

De La Percepción:


La percepción es un proceso interno. Un objeto es percibido cuando activa nuestras estructuras cerebrales, de ahí que es esa activación central lo que da lugar a nuestra experiencia acerca del
objeto.

 

Las características físicas de los estímulos son menos importantes que la forma como estos activan nuestro sistema nervioso, esto
explica por qué un mismo estímulo puede percibirse en formas muy
diferentes. Algunos ejemplos serán suficientes para explicarlo:
Si un sujeto es sometido a hipnosis, y en ese estado se le sugiere
que la brasa de un cigarrillo encendido va a ser puesta en contacto
con su piel, el sujeto sentirá dolor y percibirá que lo han quemado
a pesar de que el objeto en contacto haya sido un lápiz o un gis.

El gis o el lápiz fueron transformados por el cerebro del sujeto en un cigarrillo encendido y ésto fue el que percibió, independientemente de las características físicas de aquellos.

Si a un sujeto se le presenta una figura ambigua y antes de estimularlo con ella se le advierte que le será mostrado un pájaro, es muy probable que en su cerebro la figura ambigua se transforme
en un pájaro y como tal sea percibida.

De nuevo, lo anterior indica que el proceso perceptual es constructivo e interno y no reconstructivo y externo.

De hecho, no es necesario acudir a procesos de hipnosis o utilizar figuras ambiguas para demostrar lo anterior, cualquier objeto que se nos presente no existe para nosotros sino en tanto que sea capaz de activar nuestro cerebro.

Esta activación cambia, dependiendo del tipo y número de situaciones asociadas con el objeto, por lo que la percepción de un objeto es inseparable de las memorias asociadas con él.
Cuando identificamos algo, es porque ese algo ha activado un almacén de memorias; la actividad cerebral que resulta de las características físicas del objeto siempre se combina con la actividad cerebral asociada con el almacén de memoria que el objeto ha activado.
Si la percepción es el resultado de una activación interna, entonces nada existe realmente en el exterior.
Si vemos un árbol es porque se ha construido en nuestro cerebro, si soñamos con él, es que también se ha formado allí, si lo alucinamos es por lo mismo. Si lo único real es la activación interna, entonces tanto la percepción como el sueño y la alucinación son reales.
La única diferencia entre ellas es que suponemos que el árbol físico puede ser compartido y en cambio el sueño y la alucinación no. Compartir el árbol físico implica suponer que éste da lugar al mismo tipo de activación cerebral en muchos observadores, como si tal activación fuera una reconstrucción lineal del árbol.
La verdad es muy distinta, el árbol puede ser percibido en forma diferente por distintos observadores, dependiendo del tipo de experiencias con que cada uno de ellos lo asocie; por tanto, suponer que se está compartiendo es erróneo. Lo único que se comparte es la suposición de que se comparte.

Lo más trágico es que como resultado de lo anterior, se desarrolla un mecanismo evaluador de realidades. Dicho mecanismo considera real toda vivencia que se pueda compartir con los demás y, así, invalida una serie de experiencias internas, basándose en que no se pueden compartir. Lo paradójico es que este mecanismo no se da cuenta de que la experiencia resultante de la percepción de un objeto físico tampoco se puede compartir.

Lo único que resulta de toda esta farsa es un estado de confusión en que se piensa que lo válido y real es lo que se manifiesta y que esa manifestación da lugar y resulta de una experiencia interna compartible. De allí el énfasis en la manifestación conductual de un proceso, por estimar que es lo único real, y el desprecio hacia los procesos internos por considerarlos irreales e inválidos.
Esta estructura de énfasis y desprecio explica por qué interactuar con una persona implica casi siempre un manejo de apariencias y acuerdos, y rara vez un intercambio de experiencias internas.
Muchas de nuestras costumbres son reflejo directo de lo anterior; seguimos una moda para vestirnos, habitamos casas cuyo tamaño y lujo son desproporcionados, utilizamos expresiones rimbombantes, nos adjudicamos roles y papeles, establecemos acuerdos jurídicos y comerciales, nos interesa tener dinero y poder, buscamos la aprobación de los otros, etc.

Solamente en el momento en que nos demos cuenta de que todo es interno es cuando empezamos a ser.
Cuando esto suceda, tendremos la absoluta certeza de que el compartir una idea, pensamiento o sentimiento no confiere a, los mismos mayor realidad o validez, sino que estos son válidos y reales
por sí mismos. Además, entenderemos que la estructura según la cual una experiencia interna sólo tiene valor y realidad cuando se comparte, resulta de una transferencia postiza de la otra estructura que asienta que un evento físico es real a condición de que muchos observadores estén de acuerdo en ello.